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AprendeTaiChi.com

Tai Chi Chuan, Movimiento Cósmico

10 octubre, 2008

Por Ferran Tarragó

En la filosofía china, el ideograma Tai es definido como la primera manifestación del Tao, que significa lo Absoluto, el Infinito, el Sin Nombre, la Unidad, es el principio primario universal, omnipresente. El Tao se divide en dos en lo que se denomina: “Hecho Supremo” o Tai Chi.

Ha nacido la dualidad, ha nacido el Universo, ha comenzado el proceso de creación y de destrucción, son Yin y Yang, los dos polos idénticos y a la vez opuestos de la energía o Chi. La interacción de estas dos energías a la vez antagonistas y complementarias engendra todos los seres, junto a la relación unidad-equilibrio, forman la base del pensamiento chino. Estas relaciones se muestran en la imagen del Tai Chi, donde la parte clara representa el Yang y la oscura el Yin. Pero como nada es absoluto, en el mundo fenoménico y cambiante en que vivimos, dentro de Yin nacerá Yang y dentro de Yang nacerá Yin. El círculo que contiene a ambos equilibra los dos elementos y simboliza el Tao.

En medio de la inmensidad del Cosmos está el ser humano, avanzando ansiosamente en busca de más y mayores campos que conquistar. Desde la inconcebible pequeñez del núcleo del átomo, que es una millonésima parte de un centímetro, hasta la lejanía y la magnitud, también  extraordinaria de la más distante galaxia que la ciencia ha logrado descubrir en las profundidades del espacio, la mente humana, en su incesante actividad por saber, ha penetrado para observar y clasificar todo cuanto se pone a su alcance, pero existe un campo que permanece impenetrable para él: la naturaleza interna del ser humano.

En lo más profundo de su ser, se ocultan secretos a los que apenas a empezado a dirigir su atención, y que guardan la clave del propósito mismo de su existencia.

Todo cuanto lo circunda, desde lo infinitesimal hasta lo inconmensurable, desde lo más cercano a lo más remoto, todo está en continuo movimiento por imperceptible que pueda parecer.

El ser humano vive y respira cuando su corazón late, realizando ciclos de dos movimientos llamados: sístole (contracción) y diástole (dilatación).

Los últimos descubrimientos de los científicos afirman que el Universo se está expandiendo, lo cual ha originado diversas teorías, siendo una de las más aceptadas la que enuncia que al igual que un corazón, el Universo se dilata para volverse a contraer de nuevo en periodos enormes de tiempo (eones).

Según el pensamiento chino, existe una analogía entre el Macrocosmos (universo) y el  Microcosmos (cuerpo humano). El ser humano contiene en su interior en cantidades minúsculas todas las materias que componen el Universo. Esta idea juega un papel de suma importancia en la práctica del Tai Chi Chuan, esforzándose el practicante en conseguir sintonizar con el Cosmos y así armonizar el pequeño universo que es su cuerpo.

La práctica de los lentos y fluidos movimientos del Tai Chi Chuan, nos permiten un retorno a la Naturaleza. Los movimientos deben reflejar la calma de las montañas y la fluidez continua y sin fin de las olas del mar.

Durante la realización del Tai Chi Chuan, los movimientos son circulares y continuos; la idea del círculo está unida a la continuidad, conforme a las alternancias del Yin y del Yang que rigen el Universo. Un encadenamiento de Tai Chi Chuan está compuesto de una infinidad de movimientos que no pueden estar aislados entre ellos. El principio de un movimiento es el fin del movimiento precedente. No existe ruptura ni detención en el paso de un movimiento a otro.

El sentido del ejercicio no es la realización rígida, automática de un gesto o de una postura ya conocida, sino el desarrollo a través de la práctica de una sensibilidad nueva en relación con el espacio y la energía cósmica.

El Tai Chi Chuan puede parecer visto desde fuera un patrón o estructura de movimientos codificados, pero lo que está sucediendo en el interior de uno mismo es muy distinto. No es una estructura fija, no podemos conocerlo con solo el aprendizaje de un conjunto de movimientos esquematizados. Muchas de las personas que lo practican, aprenden “solo” la parte externa de los movimientos (grave error), porque pasan por alto lo más importante, la parte “interna”. La esencia del Tai Chi Chuan, ese “sentir”, el “vivir” el movimiento en toda su plenitud. Solo de esta forma disfrutaremos en su totalidad de los grandes beneficios que nos reportará su práctica en su triple manifestación: la física, la mental y la espiritual.

Debemos evitar ejecutar los movimientos de forma mecánica, como si fuéramos robots, porque de esta manera perderemos la Esencia  de los mismos y estaremos anulando nuestra potencial creatividad.

Dicen los taoístas: “Cuando realizamos los movimientos del Tai Chi Chuan, realizamos a nivel humano aquello que sucede a nivel cósmico”.

Ferran Tarragó.
franfng@gmail.com
Profesor de Tai Chi Chuan , Chi Kung y Kung Fu. Escuela Ceitai