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AprendeTaiChi.com

Crónica del curso de Parejas de Espada de Javier Arnanz

12 febrero, 2008

Por Santiago Arnanz

Sabíamos a lo que veníamos, en el horario ponía que teníamos 11 horas para aprender la secuencia de la forma de 5 Secciones de Espada de parejas y así fue…

El curso comenzó el sábado por la mañana en un gimnasio repleto de nuevas caras y grandes conocidos, muchos de los cuales ya habíamos trabado formas de 5 secciones, ya fuese a mano vacía con o sin pareja o con espada la forma individual, cosa que nos fue de gran ayuda pues estos serían unos de los movimientos que hace uno de la pareja en la forma a dobles y todo el trabajo de base de cadera y cambio de peso lo llevábamos ya entrenado.

Había llegado la hora de comenzar después de todas las salutaciones y las primeras risas. Javier nos colocó y nos dijo que eligiéramos una pareja para el resto del fin de semana y decidiésemos que lado de la forma queríamos hacer, pues era imposible ver los dos en tan poco tiempo. Pocos segundos después y estábamos aprendiendo la apertura y practicándola con el compañero. El peso del tiempo era mucho y teníamos que estar atentos para poder avanzar deprisa.

Llegamos a media mañana e hicimos un merecido descanso para cotillear un poco como nos van las cosas, que tal llevamos la forma, hablar con los compañeros, hacer un poco el gamberro con las espadas y, tal y como nos tienen acostumbrados los organizadores, tomar un segundo desayuno a base de croissant recién hechos de esos que te renuevan las energías y te ayudan a seguir trabajando duramente. Son detallitos que completan mucho, para que negarlo. Ya íbamos un poco por detrás de las expectativas del profesor, aunque todos teníamos el ánimo por los cielos y unas enormes ganas de ver como avanzaba el asunto, aunque resultaba difícil recordar tantos movimientos seguidos.

Retomamos el trabajo tras el breve descanso para asaltar a la segunda sección de las 5 que componen la forma al completo. Llegamos a poco más de la mitad para cuando dieron las 2 y tuvimos que aparcar las espadas para dar de comer a nuestros fatigados cuerpos. La mañana había sido dura, la tarde prometía agotadora y el domingo… parecía que iba a ser matador. No obstante, los progresos se hacían ver y la evolución se notaba.

La clase se retomó a las 4 y se trabajó de manera constante. Se sucedían las explicaciones, las demostraciones, las dudas, las aclaraciones y las risas… Y es que a pesar del escaso tiempo que nos iba quedando para terminar de ver todo, una clase en la que la gente no se ría, no habrá merecido la pena. Así se llegó a las 7, hora a la que teníamos que salir del gimnasio, pero no sin antes una pequeña demostración de lo aprendido hasta el momento por parte de algunas parejas para luego ver a Maribel y a Javier realizar la forma al completo… ¡¡Parecía que quedaba lo mas complicado!! ¡¡Y solo faltaban 4 horas de curso!! Hicimos lo que mejor podíamos hacer en nuestra situación, asentar los conocimientos, y que mejor manera que tomar unas merecidas cañas.

Ya llegó el domingo, todos agotados y aun con casi dos secciones por delante. Parecía una labor imposible, pero nos apretamos las tuercas, empezamos a practicar a buena velocidad, repasando lo anterior como podíamos, y así se fueron sucediendo un movimiento tras otro y de repente, ya estábamos haciendo el cierre. Quedaban aun unos 20 minutos de clase para asentar todo y así fue. La demostración es el video resumen del fin de semana, que al fin y al cabo una imagen vale mas que mil palabras.

El trabajar con una pareja te hace ver de forma completamente distinta todas las energías que llevas practicando tanto tiempo de manera individual con la espada. Y así por fin ves que lo que tienes entre manos no es una bandera o un pincho moruno, si no una extensión de tu brazo, una parte más de tu cuerpo, que se adhiere al enemigo, le sigue, le siente, juega con el, le persigue y le esquiva.

Otra vez, el curso termina y la gente se va satisfecha a pesar de lo intenso del fin de semana, con muchas cosas nuevas a entrenar, grandes sensaciones para volver a experimentar y como no, muchos buenos momentos para recordar.