Por Maribel Brito
Acabamos de terminar nuestro Primer Campamento de Verano con el maestro Sam Masich. Hoy ya no estamos juntos. No estoy segura de quienes seguimos trabajando y de quienes probablemente se han ido a disfrutar de unas merecidas vacaciones, pero de lo que si estoy segura es de que todos tenemos un mismo sentimiento de este largo fin de semana que hemos compartido.
Ha sido un curso intensivo de 4 días en el que hemos aprendido muchas, muchísimas cosas sobre el empuje de manos. Todo el seminario ha estado centrado en el estudio y desarrollo del “Punto de Conexión” con el compañero. Ese punto que ya en un seminario pasado nos dijo que debíamos cultivar y desarrollar porque sin conexión no hay empuje de manos.
Empezamos con la primera energía de “adherirse” aprendiendo por un lado a soportar y por otro a descansar. Esto que en principio parecía muy sencillo no lo es tanto ya que requiere un alto grado de relajación, cosa bastante difícil de conseguir por algunos, pero a medida que pasaban las horas esto se iba alcanzando. Posteriormente, el maestro nos ha introducido las nuevas energías de “rodar”, “pivotar”, “transferir” e “intercambiar”.
A través de ejercicios con los compañeros hemos ido practicando todas estas cualidades del punto de conexión y así, sin darnos cuenta, hemos ido aprendiendo a recibir y a neutralizar la energía. Se ha hecho mucho hincapié en la necesidad de mantener la estructura en todo momento utilizando para ello el recorrido de la cadera y el giro de la cintura. Posteriormente y avanzando un paso mas en la enseñanza, Sam Masich nos ha introducido en el empuje de manos a 4 manos haciéndonos sentir como en este sistema está el punto de conexión y todas las cualidades del mismo. Además nos ha enseñado tres métodos para cambiar la dirección del círculo, así como diferentes aplicaciones marciales que surgen en este método.
Durante estos días hemos podido practicar con compañeros de todos los niveles ya que entre los participantes había tanto profesores como alumnos con más o menos tiempo de experiencia, lo que ha hecho que la práctica haya sido muy enriquecedora. Además hemos podido aprender mucho de otras culturas y de cómo se enfocan las clases y las prácticas en otros países ya que hemos contado con compañeros que eran maestros en Canáda, Inglaterra, Noruega,…Todo un lujo.
Y todo, como siempre, en un ambiente relajado y divertido, como ya nos tiene acostumbrados Sam Masich en sus cursos en Madrid.
Fueron pasando los días y en el último, cuando todos creíamos que íbamos a estar agotados, nos encontramos que lo habíamos superado con éxito y que no nos habría importando estar algún día más. Quizá, como dijo Sam, el próximo año nos podamos volver a ver todos los amigos que hemos estado este año y podamos compartir más tiempo juntos.
De momento, el maestro nos ha dejado mucho material en el que trabajar y desarrollar dentro de nuestras formas y sistemas, para en el próximo año, si es posible, avanzar un poco más en nuestro Tai Chi.
